Desde El Clos recomendamos y queremos fomentar el turismo de salud. Cerca de nuestros alojamientos rurales encontrará lugares ideales para practicar el Shinra Yoku. Se trata de una terapia que acerca la naturaleza a una población cada vez más urbana. Qué mejor terapia para sacar el estrés? Simplemente un paseo por uno de los bosques de Conesa, abrazar los árboles milenarios, escuchar el viento y los pájaros, pisar las hojas, respirar hondo, y sentirse inmerso dentro de la naturaleza.
Asimismo, muy cerca de nuestro querido pueblo de Conesa, encontramos multitud de lugares donde encontrarse a sí mismo. Fíjese por ejemplo en la frondosidad de las Umbrías del río Corb. Admire la variedad de flores que regala el mes de junio yendo hacia el cerro de Rociana. Descubre como brota el agua de las fuentes de Pontils. Nótese como la abundante vegetación de los bosques de Santa Perpètua os sube el ánimo. Piérdete por parajes encantadores de La Sala de Comalats. Respire la frescura del arroyo de Biure de Gaià. Conecte con las energías telúricas los bosques de San Pedro de Sabella. Deje que los árboles te guíen por el valle de El Hinojo. Disfrute de la caricia de la brisa silenciosa por los alrededores de Albión. Fundíos tomando las puestas de sol de Segura.
La medicina del bosque
El bosque puede ser una medicina. Si hace un siglo los médicos recomendaban baños de mar y tratamiento con aguas termales, hoy hay que recomiendan baños de bosque. El bosque nos calma, nos transmite bienestar, nos aporta energía, nos cura emocionalmente. Simplemente se trata de caminar por la naturaleza siendo conscientes de nosotros mismos, reconociendo el vínculo entre nuestra presencia y el entorno. Durante un paseo podemos absorber el bosque con todos los sentidos. El Shinra Yoku es a medio camino entre la meditación y el senderismo. En Japón han estudiado resultados tan significativos que el gobierno ha impulsado redes de bosques terapéuticos con la intención de mejorar la sanidad. Incluso los médicos prescriben los baños forestales para prevenir enfermedades. Por otra parte, esta práctica nos recuerda el gran valor que tienen las zonas forestales por el bienestar de la población y se refuerza la importancia de la conservación de los bosques. Crear redes de bosques terapéuticos implica vez estrategias de conservación de nuestro entorno. Esta práctica japonesa tan antigua ahora se empieza a poner de moda en el mundo occidental. Siguiendo la experiencia de Japón, la Universidad de Girona ya ha definido un itinerario forestal terapéutico para la provincia de Girona. Recientemente, en las Tierras del Ebro también se están trazando vías por donde practicar Shinra Yoku. Seguro que son los primeros pasos de un itinerario que se irá extendiendo cada vez más.
Los beneficios del Shinra koku
Se ha comprobado que pasear por el bosque puede implicar una serie de cambios positivos en nuestra salud. Tras medir diferentes parámetros en cientos de personas antes y después de una sesión de Shinra Yoku, se han observado resultados muy positivos como: Reducción de presión sanguínea Reducción de cortisol en la saliva, un biomarcador del estrés Reducción de los niveles de glucosa en la sangre Reducción de la actividad cerebral prefrontal Estabilización de la actividad nerviosa autónoma Fortalecimiento del sistema inmunitario Incremento del vigor Reducción de los niveles de ansiedad, depresión, angustia y fatiga Mejora del sistema cognitivo Además, el paseador puede inhalar sustancias volátiles y no volátiles producidas por plantas y árboles. Una especie de aromaterapia que reduce el estrés, relaja y activa el sistema inmunitario. La calidad de vida que se deriva de frecuentar el bosque se traduce en bienestar físico, psicológico y social. Y no olvidemos que la visita al bosque es gratuita!
Como se practica el Shinra Yoku?
Conectar con la naturaleza. Se debe desplazar la mente a lo largo del paisaje para abrir los cinco
sentidos. Así cultivamos nuestra presencia y nos comunicamos con la tierra.
Dejarse guiar por un experto. Así como a la hora de hacer yoga, meditación o ejercicio físico, los baños de bosque se aprenden mejor con un guía.
No tener prisas. Los paseos de baño de bosque no tienen la finalidad de quemar calorías, no es hacer ejercicio físico. Normalmente son paseos de un kilómetro y medio y duran unas dos horas o incluso más.
Prestar atención. Frenar y abrir los sentidos. Dejar que los mensajes de la tierra y la naturaleza entren profundamente en la mente y en el corazón. Pasear no lo es todo. El paseo es importante pero hay otras rutinas que ayudan a profundizar nuestra relación con la naturaleza. Por ejemplo, sentarse, contemplar, meditar o comunicarse con otras especies del entorno.
Dedicar a ellos. El baño de bosque no es cuestión de una única vez. Desarrollar una relación
significativa con la naturaleza lleva su tiempo.