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La historia de los templarios es una de las más ligadas a la Edad Media. Catalunya tiene un legado medieval impresionante, en el que destaca el paso de estos soldados por estas tierras, dejando como legado una inmensa cantidad de castillos y fortalezas. De los 600 castillos medievales que hay en Cataluña, más de 20 tienen un pasado templario. Y de ellos, la mayoría están en la provincia de Tarragona, lo que la convierte en la más importante ruta que se puede hacer para descubrir hasta cierto grado cómo vivió la Orden del Temple. Aquí tienes algunos lugares de interés.
Ya te hemos hablado del camino de San Jaime, una parte del camino de Santiago i otras experiencias medievales como la semana medieval de Montblanc.
El castillo de Miravet
En las tierras del Ebro se eleva majestuoso el castillo de Miravet, declarado bien de interés cultural y uno de los mejores castillos que tuvo la Orden en toda Europa. Aunque los templarios lo ocuparon a mediados del siglo XII, los orígenes del castillo se remontan dos siglos más atrás, cuando el líder musulmán Abderramán III ordenó que se reforzara la defensa natural del río.
El castillo es visitable y se encuentra en perfecto estado, con unas murallas impresionantes. Desde ellas se puede observar una de las mejores vistas del río Ebro.
Castillo de Tortosa
Los árabes levantaron este castillo a mediados del siglo X, de los que aún se conservan los muros. Con la reconquista los templarios se hicieron con el control de este enclave estratégico, desde el que se vigilaban todo el tráfico marítimo que surcaba el Mediterráneo noroccidental. Se añadieron torres de defensa y casas para cultivar el terreno. También junto a él se construyó en el siglo XIV la catedral del Santa María, de estilo gótico.
En la actualidad el castillo es un Parador de Turismo. Desde allí se organizan rutas senderistas por los alrededores, entre las que destaca como no puede ser de otra manera la ruta templaria.
Castillo de Barberá
La Conca de Barberá cuenta con un legado templario y medieval envidiables. Y uno de los principales baluartes es el castillo, situado en Barberá de la Conca, sobre una colina desde la que se controla toda la ciudad.
La historia de este castillo es una de las más antiguas, con restos arqueológicos encontrados en los alrededores que demuestran que hubo un asentamiento íbero. Aunque las edificaciones que existen hoy principalmente son de la época en la que los templarios, y posteriormente la orden hospitalaria que los sucedió, estuvieron en la zona.
La orden del Temple levantó junto a la torre que ya existía, erigida en el siglo XI por Pere de Ponç, señor de esas tierras, una capilla ya varias dependencias. Más adelante también construyeron un palacio en un lateral. Todo aprovechando la defensa natural que proporciona la colina.
En el siglo XIX el castillo se usó como escuela. Más adelante dejó de utilizarse, empezando a degradarse hasta que algunos vecinos de la Conca comenzaron a repararlo y nació la Asociación de Amics del Castell de Barberà. Se quiere hacer de esta edificación un centro de interpretación e investigación de las órdenes medievales, formando parte de la ruta de los templarios catalana. En la Ruta del Cister es ya una visita obligada.
El castillo de Barberá es uno de los más importantes legados templarios que existen en toda Catalunya. Al igual que los alrededores, en los que hay restos medievales enclavados en un entorno que nos transporta atrás en el tiempo de forma magistral.
Castillo de Solivella
También en la comarca de la Conca de Barberá se puede llegar a este castillo, situado en la población del mismo nombre. El castillo templario dio lugar posteriormente a uno nuevo, en el siglo XV. La población no tuvo buenas relaciones con los señores que lo habitaron, llegando a destruirlo a principios del siglo XX. De ahí que solo se conserven ruinas en lo que fue el castillo, aunque se estudia la posibilidad de recuperarlo. Aunque merece la pena acercarse a la villa para observar el paisaje desde este punto.
Muralla y castillo de Montblanc
Construidos a la vez que se fundó la ciudad de Montblanc, la muralla que hoy la rodea no es la original, sino una que se levantó en el siglo XIV debido al crecimiento de la población. En el interior de la primera muralla se protegía el castillo, en lo más alto de la colina de Santa Bárbara. Toda la ciudad ha sido declarada conjunto monumental, siendo rehabilitadas parte de la muralla y recuperando la esencia de la Edad Media y el legado templario de Catalunya.
Un legado inagotable
Desde el siglo XII, cuando se recuperó el territorio ocupado por los árabes, los templarios adquirieron una gran importancia en Catalunya, concretamente en Tarragona y más específicamente aún en la Conca de Barberá. Por eso, la ruta de los templarios catalana comienza en tierras de Cister hasta la desembocadura del Ebro. A su paso por todo el recorrido se pueden observar vestigios de la gloria de esta orden, con restos que pueden aparecer en cualquier lugar. Además, la ruta es perfecta para disfrutar de actividades de naturaleza, como el senderismo, la observación de aves y hasta el enoturismo, con viñedos que mantienen la esencia de la tradición. Iglesias y palacios, castillos y murallas que en la Conca de Barberá tienen aún más importancia, ya que contó con encomienda propia. Esta llegaba hasta la ciudad de Tarragona, donde los caballeros tuvieron una importancia vital en la recuperación de las tierras.
Si quieres descubrir el pasado de una de las órdenes militares y religiosas más famosas del mundo, la Conca de Barberá es el mejor lugar para descubrir la ruta templaria del medievo catalán.